Trasfondos: Marvin McSailor, el asesino

Pues a ver qué tal. Si es bueno, el master me dará galletas. Y por "galletas" quiero decir "puntos de experiencia que usaré para mejorar mi personaje y hacerlo más tocho de lo humanamente razonable".


Marvin McSailor nació en Drums, Escocia, el 24 de octubre de 1937. Hijo de un obrero de la construcción y de una vendedora de pescado , pasó la mayor parte de su infancia trabajando con su padre. El trabajo duro le curtió el cuerpo, y la falta de estudios le volvió suspicaz frente a los demás niños, que se burlaban de su ignorancia a sus espaldas. Esto, sumado a la muerte de su madre al cumplir Marvin los quince años fue lo que detonó que el chico se convirtiese en una persona solitaria y retraída, incapaz de relacionarse con la gente.

Con la muerte de su madre vino, además, el alcoholismo de su padre, con lo que el joven Marvin tuvo que empezar a llevar dinero a casa para alimentar a ambos. Tuvieron que mudarse a Aberdeen, la ciudad más cercana, y vivir allí en los barrios más pobres. Pronto, Marvin se introdujo en algunos negocios de dudosa legalidad, y más tarde en otros de ilegalidad evidente. Se convirtió en un matón, trabajando para una pequeña banda que operaba principalmente en los puertos. Sobrevivió como pudo hasta los veintidós años, edad en la que conoció a su sire.

Ocurrió durante una noche de vigilancia en unos almacenes, donde Marvin, junto con otros tres hombres, tenía que vigilar una transacción de materiales de contrabando. Todos eran tipos duros, que habían visto mucho mundo y habían presenciado muchas cosas. Pero nada que pudiesen haber visto o hecho les hubiese preparado conttra el vampiro. Como Marvin descubrió después, se trataba de un encargo de la banda con la que estaban comerciando. El vampiro encabezaría el grupo que les iba a atacar, recibiría todos los balazos y, cuando ellos estuviesen desarmados, los matones de la otra banda entrarían y aniquilarían a todo el mundo, apoderándose del negocio en el puerto.

Fue exactamente eso lo que ocurrió, y no sucedió en absoluto según lo esperado.

El vampiro entró por la puerta tranquilamente, fumando de una pipa. Uno de los compañeros matones de Marvin gritó una advertencia, apuntándole con su arma y acercándose lentamente a él, pero el vampiro recorrió la distancia que los separaba en dos zancadas, y luego, con el movimiento más rápido que Marvin hubiese visto en su vida, estiró la mano y le rajó el cuello. El matón dobló las rodillas, y de su garganta brotó sangre como de un surtidor. Cayó muerto a los pies del atacante.

A esto le siguieron veinte confusos segundos durante los cuales Marvin y los otros dos que quedaban vivos dispararon al vampiro en todos los lugares posibles, gritando de rabia. Luego, todos se quedaron callados, confusos y aterrorizados, cuando vieron que el atacante desconocido no sólo no moría sino que sonreís levemente mientras sus heridas de bala cicatrizaban y expulsaban de su cuerpo el plomo. El vampiro miró uno por uno a los tres, mostrando los colmillos en una sonrisa feroz.

Y luego saltó.

Saltó aproximadamente treinta metros, aterrizó frente a los dos hombres que quedaban, a apenas unos metros de Marvin, y les atravesó el pecho con una mano a cada uno. Luego, sacudió los brazos, y los matones muertos cayeron al sulo. En las garras del vampiro estaban los corazones de los dos hombres, todavía tratando de bombear sangre por unas arterias que ya no estaban allí. Luego , el vampiro miró a Marvin, y este supo que iba a morir esa noche, que no tenía ninguna posibilidad.

“Bien”, se dijo a sí mismo, “que nadie pueda decir que morí sin pelear”.

Agarró su navaja y se lanzó a por el vampiro con un rugido salvaje, esquivó por los pelos el zarpazo, y contraatacó con un corte ascendente que desgarró el brazo derecho del vampiro, quedando a sus espaldas. Cuando éste se dio la vuelta para encararle, Marvin le disparó en la cara, a quemarropa. El vampiro ni se inmutó, simplemente soltó una carcajada y le derribó de un puñetazo.

‑ Eres interesante- dijo con una voz que parecía el ruido de una lija al raspar el metal.

Luego, se inclinó sobre él y clavó los colmillos en su cuello. Incapaz de moverse, Marvin sintió el dolor de la mordedura, el éxtasis horrible de la alimentación, y, por último, un terror impotante al notar cómo se le escapaba la vida sin poder hacer nada para evitarlo. Cerró los ojos por última vez viendo cómo el vampiro se llevaba una mano a la muñeca y se hacía un corte.

Y luego los abrió.

Se sentía como si hubiese viajado por miles de lugares, durante toda la eternidad. Pero se encontraba en el mismo almacén, y apenas habían pasado unos minutos. El vampiro que le había mordido le estaba mirando con curiosidad, sentado frente a él en una silla que había cogido por ahí.

Los demás estarán al llegar. Veamos cómo te desenvuelves.

Enseguida aparecieron los matones de la banda rival. Eran cuatro, y estaban armados con cadenas y bates de béisbol. Se quedaron quietos, mirando alternativamente a Marvin, al vampiro, y a los cadáveres.

- ¿...? - Fue a decir uno, pero Marvin saltó sobre él y le clavó los colmillos en el cuello.

Los demás trataron de ayudar a su compañero, pero intervino el vampiro, destripándolos con las garras que le salían de las manos. Marvin ni siquiera hizo caso. Estaba bebiendo. Cuando terminó, miró a su sire con los ojos inyectados en sangre.

- Entonces soy un vampiro, supongo.

- Efectivamente. Me ha gustado cómo te has defendido, y hace tiempo que estaba buscando un cachorro que no fuese a morir enseguida. Bienvenido a la Familia.

La “Familia” resultó ser un grupo de vampiros de diversos clanes, Marvin nunga llegó a averiguar cuántos o cuáles, que se regían por un sencillo principio: somos vampiros y hacemos lo que queremos. Viajaban por el mundo trabajando como mercenarios cuando necesitaban dinero, y destrozando, matando, saqueando y quemando los restos de todo lo que encontraban cuando no. Con ellos, Marvin aprendió las Tradiciones, aunque sólo para saber cuándo en concreto las estaba rompiendo. No le importó que los humanos le vieran, ni tampoco matar a otros vampiros, o incluso cometer diablerie. No respetaron santuarios ni eliseos, ni hicieron caso de autoridad alguna. De hecho, muchos miembros de la Familia, incluido su propio sire, atacaron a Marvin en más de una ocasión, pero, a pesar de ser joven, logró de alguna manera sobrevivir a todas esas tentativas de asesinato.

Los principales motivos por los cuales la Familia no era capturada y eliminada eran: porque cumplían cualquier encargo de las demás organizaciones si el dinero podía pagarlo, sin ningún tipo de escrúpulos; y porque nadie sabía a ciencia cierta cuándo otro era miembro de la Familia. Entre ellos no se daban nombres, sino que se conocían con apodos. A Marvin lo llamaban “el pequeñin”, y, a su sire, “el rojo”, pero nunca supo por qué motivo. Durante los más de cuarenta años que pasó con la Familia, nunca reconoció a otro miembro. Jamás. Siempre era su sire el que lo sabía, o eran los demás los que le encontraban a él. Nunca supo cómo lo sabían los demás, y su sire insistía en que se lo revelaría cuando confiase en él. No tuvo la oportunidad, porque, en el año 2002, llevando Marvin cuarenta y tres años con la Familia, los descubrieron en Zaragoza, una ciudad de España, y los aniquilaron.

Fue durante una de sus esporádicas reuniones, que tenían cuando iban a abandonar el país y debían decidir adónde dirigirse. Sucedía más o menos una vez al año, con cierta variación según el tamaño del país. Como siempre, casi todos estaban parcialmente ocultos y cubiertos con trajes largos y máscaras, por lo que Marvin el pequeñín fue incapaz de adivinar cuántos o quiénes eran. Un vampiro estaba tratando de convencer a los demás para desplazarse al este de Europa, donde la atención mediática era menor, y entonces les atacaron.

Salieron de todas partes, vampiros jóvenes y antiguos, todos ellos poderosos a su manera; organizados, uniformados y bien armados. La Familia se defendió bien, no en vano todos ellos eran expertos luchadores, pero no tenían ni la más mínima oportunidad. Marvin, por desgracia para él, era el miembro más joven, y el más vulnerable. Se mantuvo cerca de su sire, pero, cuando este fue eliminado, lo capturaron con cierta facilidad. Algún vampiro hizo algo en su mente, y, a pesar de tener una voluntad de hierro, Marvin se desmayó.

Despertó en una sala amplia y lujosa, con paredes repletas de cuadros y amplios ventanales adornados con cortinas rojas. Una lámpara de araña iluminaba la habitación con una luz tenue pero clara, dotando de cierta presencia a las figuras que allí se encontraban. Había muchos vampiros de pie en torno a él, pero Marvin miró directamente al que, obviamente, era el más importante.

Pues en el centro de la sala había una alfombra roja, de rebordes dorados, que subía unos escalones largos conduciendo a un trono plateado con cojines de un profundo color carmesí. En el trono estaba sentado un personaje de apariencia majestuosa, vestido con un traje blanco. Era un vampiro anciano, de origen probablemente sudamericando. Marvin lo reconoció al instante, porque su sire le había hablado de él.

- El primogénito Eduardo, supongo – dijo, levantándose del suelo -. Creo que has tenido tratos con mi sire.

- Efecivamente – contestó Eduardo -. Y ahora tengo intención de hacer tratos contigo.

“No parecen muy fuertes”, pensó Marvin, estudiando a los presentes con ojo crítico, “si elimino a esa mujer del traje victoriano, podría romper la ventana y saltar a la calle. Los guardias del pie del trono no cubrirían la distancia a tiempo, y, una vez en el suelo, correré más que ellos. Nunca me pondría esos zapatos para perseguir a alguien.”

- No te muevas – impuso Eduardo, y Marvin no se movió -. No me gusta usar la dominación en gente con la que quiero trabajar, pero si no dejas de fulminar a mis amigos con la mirada, no me queda alternativa. Supongo que sabrás que toda tu Familia ha sido aniquilada.

- Lo sé – contestó Marvin desprovisto de emoción.

- No parece afectarte mucho.

- Eso es porque no me afecta. No tenía más lazos con ellos que el hecho de que me permitiesen matar a parte de sus presas. Los odiaba a todos, y me alegra que hayan muerto.

- Oh.

- Pero hay una cosa. Esto ha sido un trabajo interno.

- ¿Disculpa? - la cara del primogénito reflejó su sorpresa.

- No me trates como a un idiota sólo porque soy joven y teno pinta de torpe, Eduardo – Marvin sonrió, y el Ventrue torció el gesto -. Puede que no sepa de muchas cosas, pero sé reconocer una traición cuando me la hacen. No me importa que todos los demás hayan muerto, pero el traidor me afectó directamente a mí. Y lo mataré por eso.

- Interesante – Eduardo pareció relajarse -. Hasta que le encuentres, supongo que no te importará trabajar para mí.

Y a Marvin no le importó, en absoluto. Sabía que el traidor, fuera quien fuese, tendría que pasar por Zaragoza tarde o temprano, cerca suya, porque nadie dejaría atrás a alguien que quiere matarlo sin antes asegurarse de que no es una auténtica amenaza. Marvin, por lo menos, no lo hubiese hecho. Por eso se mantuvo en la ciudad, trabajando de manera eficaz, primero como guardia, después como chófer de algunos vampiros, y por último haciendo algunos trabajos de menor importancia. Así pasaron siete años, hasta que el primogénito Eduardo le llamó a audiencia oficial por segunda vez.

Fue en la misma sala, y Marvin se encontró pisando la misma alfombra frente al mismo sillón.

- Bueno, Marvin, has trabajado bien para mí, y te he tomado cariño y confianza. Ahora, se avecinan tiempos difíciles para mí y para mis amigos, y me gustaría que tú estuvieses aquí para nosotros. ¿Lo estarás?

- ¿Tengo alternativa? - Marvin sonrió sardónicamente, y el Ventrue hizo lo propio.

- Verás, tengo un amigo, un Toreador. Se llama Tomás y es de aquí, español. Es una persona realmente interesante, pero lamentablemente la capacidad de combatir no se encuentra entre sus virtudes, así que necesitará protección en estos tiempos tan revueltos – Eduardo extendió las manos con las palmas hacia arriba -. ¿Me prometes que lo vigilarás por mí, sí?

- De acuerdo - “un Toreador, lo que hay que hacer”, pensó Marvin -. Pero tengo una cosa que decirte, Eduardo. Sé que le estás protegiendo.

- Naturalmente que le estoy protegiendo – respondió Eduardo con una sonrisa -. ¿Acaso noo es eso lo que te pido?

- Me refiero al traidor.

Un destello de emoción cruzó el semblante del primogénito. Pudo ser sorpresa, culpabilidad, curiosidad o cualquier otra cosa, porque apareció y desapareció tan rápido que Marvin no tuvo tiempo de interpretarlo. Sin embargo, fue una emoción y eso bastó para el Brujah.

- Me refiero – continuó – a que sabes quién es, porque formaste parte de la aniquilación de hace siete años y a que es alguien importante para ti, algunio de tus amigos, porque de otra manera ya me lo hubieras dicho para que pudiese concentrar mi atención en servirte como quieres que te sirva. Pero te adviero, Eduardo, que no lo voy a olvidar. Por mucho que odiara a la Familia, se lo debo en cierta manera, y me lo debo a mí mismo. Voy a seguir buscándole hasta que descubra quién fue. Y el día en que lo encuentre, ese día tendremos problemas.

Muy bien currado el trasfondo , seguro que el máster te ofrece grupos por el trasfondo , espero que si se me une un próximo jugador, se curre un trasfondo como este , no quiero decir por ello que me halla molestado colaborar en la elaboración de trasfondos de mis jugadores , en especial el de Joseff Burmach , por cierto ¿ de que clan es tu vampiro? , eso de la familia me ha recordado a una facción que existe en Requiem que son como "independientes" algo parecido en La Mascarada .

Por cierto, no dejará de sorprenderme el hecho de que ahora te hallas aficionado a Vampiro , espero que disfrutes de las partidas y mates mucha gente ^^.

Sheldon Cooper escribió:Muy bien currado el trasfondo , seguro que el máster te ofrece grupos por el trasfondo , espero que si se me une un próximo jugador, se curre un trasfondo como este , no quiero decir por ello que me halla molestado colaborar en la elaboración de trasfondos de mis jugadores , en especial el de Joseff Burmach , por cierto ¿ de que clan es tu vampiro? , eso de la familia me ha recordado a una facción que existe en Requiem que son como "independientes" algo parecido en La Mascarada .

Por cierto, no dejará de sorprenderme el hecho de que ahora te hallas aficionado a Vampiro , espero que disfrutes de las partidas y mates mucha gente ^^.

Es un Bruja, que es com llaman en el réquiem a los Brujah.

Ahhh vale de acuerdo , pensaba que les habrían cambiado el nombre xd , me estremezco de pensar en el manual de Requiem .... no se porque crearon esta versión.

Por cierto Tomás soy yo...